martes, 26 de mayo de 2009

Cuando los problemas pueden mas


Él se había sentado en una silla en el comedor de la casa.
Nadie sabía muy bien por qué le gustaba tanto visitar a aquel lugar. Tal vez era porque le hacía olvidar por momentos de donde venía realmente o porque buscaba un pequeño refugio en una vida llena de problemas, o tal vez simplemente porque buscaba un lugar donde prender su cigarrillo sin problemas.


- No debes dejar que los problemas de los otros te afecten- Comenzó hablando ella, un poco nerviosa porque no estaba segura de lo que estaba diciendo... - Existen muchas cosas que ocurren en este mundo y que desconoces. Que son mucho mas graves que los que estás viviendo en este momento. ¿Acaso no ves a los niños de la calle? ¿Acaso no ves a las guerras que ocurren todo el tiempo en nuestro mundo? Vos, a pesar de todo, tenés a tu mamá, a tu papá, a tus abuelos y a tus tíos. No tenés idea de la cantidad de chicos que viven en la soledad y sin ningún plato de comida que alimente a sus estómagos hambrientos... A vos, jamás te faltará un plato de comida.


Él la miraba atento en cada palabra que ella pronunciaba.
Ella se daba cuenta de su mirada penetrante, aunque no estaba segura si aquellas palabras realmente llegaban a su destino.


- Los problemas de ellos, son de ellos.- Continuó ella, con su charla, sin saber por qué la había comenzado- No dejes que te afecten. Ellos ya vivieron, en cambio vos, recién estás empezando. En este momento, no podés arreglar los problemas que te aquejan, pero podés hacer algo por vos...- Una sonrisa cómplice apareció en su interior. Eran las mismas palabras que unas semanas atrás las había escuchado de la boca de su hermana. Y ella odió aquel momento...

- La vida no es fácil. Todos pasamos por momentos similares a los que estás pasando vos, y todos logramos superarlos. Lo que debés hacer es tratar de terminar la secundaria y tratar de estudiar una carrera. No importa que sea corta o larga, lo que importa es que obtengas tu título, porque como bien sabés, hoy en día, si no tenés un título debajo del brazo, todo se te hace mucho más difícil.

Lo que más le impresionaba a ella mientras continuaba hablando, era el absoluto silencio con el que él respondía a cada palabra. No decía nada, simplemente la miraba hipnotizado...

- Si querés salir de donde estás ahora, la mejor forma es haciendo lo que te estoy diciendo. ¿O preferís ir a vivir debajo de un puente? No... Estudiá, tratá de recibirte y luego podrás ser libre.



Hasta el día de hoy, ella no sabe si esas palabras fueron realmente escuchadas y comprendidas. Espera que así sea, pero la incertidumbre siempre estará presente.




Hoy en día, existen muchos adolescentes que viven lo mismo. Los problemas familiares a veces son de tal magnitud, que los ahogan de tal manera, dejándolos totalmente perdidos. Y así es como empiezan a fumar, a tomar y hasta a drogarse. Y uno busca desesperadamente una solución a todos estos problemas, pero resulta sumamente difícil encontrar una que sea realmente eficaz. Se necesita paciencia, dinero y sobre todo salud mental.

Y mientras tanto, pasa el tiempo, y aquellos niños que comienzan a crecer se terminan ahogando cada vez más en un mundo materialista, depresivo, vacío, envuelto con millones de vicios...



jueves, 21 de mayo de 2009

Un golpe de suerte

Eran las 10 de la mañana cuando decidí dejar los apuntes a un lado.

No se por qué había decidido ir directamente a recuperatorio.

Estaba cansada, mis ojos se cerraban solos.
Estaba harta de la facultad que nunca se termina, de los apuntes que llenaban mi mesa, de la pizarra blanca llena de palabras y flechas, en fin... Cansada de tanto de estudiar.

"Me voy al recuperatorio directo, ya no tengo mas ganas de estudiar"- Pensaba, mientras daba fin a esa estresante tarea.

Llegó el mediodía y con él la hora de ir a buscar la comida al comedor universitario. Hace poco me había ganado la beca que me permitía hacer uso de él. Un pequeño respiro en mi mala situación económica.

Comí los ravioles de todos los jueves con una ensalada mixta, mientras tomaba de a sorbos el jugo dulce de naranja exprimido que había preparado el día anterior.

Me senté en mi sillón rojo mientras encendía la tv para mirar mi programa preferido de todos los días.

Pasó el tiempo, preparé mis apuntes y caminando llegué a la parada para tomar el colectivo que me llevaría a la facultad.

Mis pensamientos nadaban entre vivencias pasadas y sueños meláncolicos.
Una tranquilidad me rodeaba, era increíble lo poco que me importaba no presentarme en ese examen.


-Profesora, vengo a pedirle que me deje rendir mañana, porque hoy no me siento preparada.

-¡No!- me respondió de una manera seca y llena de autoridad.

-Pero profesora, yo quiero ir directamente al recuperatorio...

-¡No! ¡El que se anotó para rendir hoy, rinde hoy!- Me respondió con el mismo tono de voz.


La desesperación inundó mis pensamientos...

"Estoy en el horno y es mi culpa" pensaba mientras daba una hojeada rápida a aquellas palabras que parecían chino básico.

"Saquen una hoja" nos ordenó mientras comenzaba a dar a cada uno las consignas correspondientes.

Cuando me da las consignas sentí una pequeña brisa de esperanza... Era el tema que me acordaba.


Fue horrible contestar aquellas preguntas mientras veía el examen oral de mis compañeros. Todos estaban saliendo mal y eso me preocupaba.

"Y bueno, iré a recuperatorio, después de todo, eso era lo que buscaba"



Pasaron las horas y llegó el momento de defender mi examen oralmente.


"Una maravilla"- me dijo sonriendo, mientras ponía la A de aprobado a lado de mi apellido en su planilla de calificaciones.


Fui la única que aprobó... Increíble... Pensar que no quería rendir...


Qué manera tan especial tiene la vida para sorprendernos ¿no?


Cuando todo parece estar mal, seguro pasa algo que nos demuestra todo lo contrario...

viernes, 15 de mayo de 2009

Recordando y queriendo olvidar

Por un descuido, ella terminó embarazada e inmediatamente le comunicó a él la noticia.
Él se asustó, ya tenía dos hijos a cargo; un bebé, un niño y una esposa que ella desconocía. Y a esto se le suma un trabajo mal pago.

Como consecuencia y al enterarse de esto, ella se enojó, el dolor que sintió por haber sido engañada era enorme y su orgullo empezó a crecer cada vez más hasta que oyó en su mente la idea de tenerlo sola.
Si... Sin querer había decidido ser madre soltera.


Él demostró sentir un alivio ante tal decisión e hizo como si nunca hubiese pasado nada, siguió con su vida, con sus hijos, con su mujer y poco a poco fue desapareciendo de la vida de ella.

Ella comunicó la noticia a la familia, primero a sus hermanos, luego a sus amigos, a sus padres y seres queridos. La noticia había caído como una bomba, pero aún así la felicidad inundó la vida de todos.

Poco a poco, ropa de bebé comenzó a aparecer en el ropero. Perfumes, talcos, ositos de peluche, cuna, cuadros, cualquier cosita que veía para el bebé en las tiendas ella lo compraba y su habitación comenzó a ser la habitación de ella y de su bebé.

Ya no iba a estar sola en este mundo, iban a ser dos en su vida y esto, a pesar de los prejuicios del mundo entero por ser madre soltera, le daba mas fuerzas para seguir adelante, sin importar lo que pase.


Su panza comenzó a crecer, era imposible ocultarla. Toda la gente de su trabajo se enteró y todos querían saber quién era el padre.
Ella trató de ocultarlo y hasta negarlo, pero le fue imposible, él ya había hablado por más que desde un comienzo había brillado por su ausencia.

Haciendo caso omiso a los comentarios de la gente, a los susurros cuando la veían, a los consejos malintencionados de unos cuantos, ella continuó con su embarazo, porque en el fondo sentía al Amor en todas su dimensiones y a la esperanza de un futuro mejor. El bebé iba a llevar su apellido y de nadie más, así lo decidió ella y él nunca se lo impidió.

Finalmente llegaron los ocho meses, ya no soportaba su panza con sus estrías, ni sus pies, ni su espalda, ni tampoco las molestas varices que le habían brotado en las piernas por causa del embarazo.

Estaba cansada pero a la vez feliz, dentro de muy poco todo eso llegaría a su fin y finalmente iba a poder conocer al rostro de su bebé.


La obstetra recomendó cesárea para evitar ciertos inconvenientes. Ella aceptó y fijaron fecha.
Al llegar el día vieron que el bebé no tenía el peso deseado, por lo tanto decidieron esperar.

En la madrugada siguiente, ella sintió una punzada aguda en su abdomen que la despertó de un salto. No soportaba el dolor, era muy intenso. Respiraba profundo mientras se sentaba en el borde de la cama. Pensaba "Debo estar entrando en parto". Se quedó unos cuantos minutos en esa posición, hasta que poco a poco el dolor comenzó a disminuir. No quería molestar a nadie a esas altas horas, "no debe ser nada, unas pocas contracciones, nada más" pensó y muy despacio se acostó nuevamente pero esta vez sin poder conciliar el sueño.


Amaneció y ella se dio cuenta que no había cerrado un ojo. No sentía a su bebé desde la madrugada y eso la preocupaba.
Llamó a su obstetra, quien al enterarse de lo ocurrido le pidió que urgentemente asista al sanatorio. Ella llena de miedo, dolor, preocupación y tristeza, tomó un taxi y llegó hasta el sanatorio.


"No se escuchan los latidos" escuchaba decir a un médico.


"¡Cesárea de urgencia!" gritó otro.


Ella veía a todo el mundo corriendo a su alrededor, pero en su interior todo estaba calmo, en silencio, y sentía al más desesperante vacío...






Iba a ser una madre excepcional y no estaba sola, tenía a todo un regimiento de seres queridos detrás de ella, esperando el momento oportuno para ayudarla y contenerla.
Por un desprendimiento de placenta, esto no pudo ser. Cuando ocurren estas cosas uno no entiende por qué pasan.

Ella trata de no pensar, quiere seguir adelante. Es una mujer fuerte y esto no la va a derrumbar.

Cuando estas cosas ocurren, uno no piensa si estuvo bien o mal que se haya embarazado, uno no se pone a debatir las políticas que deberían ser implementadas cuando aparece una madre soltera o no se que otro racionalismo mas.

Simplemente uno se pregunta ¿Por qué ocurren estas cosas? ¿Para qué dar y luego quitar? ¿Cuál es la finalidad de todo este sufrimiento? ¿Cuál es la enseñanza que teóricamente deja?

Y ninguna de estas preguntas tienen respuestas, como la mayoría de las cosas en esta vida...

sábado, 9 de mayo de 2009

Siesta


Llegó la siesta, tenía sueño pero en vez de acostarme un rato como era mi costumbre, salgo al balcón y me siento en el piso.

Veo a un costado mis plantas, cada vez más bellas, no sé muy bien como logré que estén tan lindas, parece que al fin aprendí a cuidarlas, a regarlas en el momento justo, a hablarles y a agregarles tierra cuando es necesario. Veo también que poco a poco está trepándose una enredadera con sus pequeñas flores blancas que tienen un aroma similar al jazmín y con cariño le doy la bienvenida susurrando para que cubra todo el balcón. Ella por ahora es una simple visitante, pero parece que le agrada el lugar, por lo tanto muy pronto será una integrante mas de mi pequeño jardín.

Sentada en el piso, admirando a las flores, cierro mis ojos sintiendo con cada latido al calor del sol que me ilumina. Su luz es intensa, pero no me molesta porque ese pequeño instante me transporta a un sin fin de recuerdos de mi niñez.
..

Cuando era pequeña, también tenía la costumbre de acostarme en el pasto o en la vereda de mi casa. Me encantaba sentir al sol y al silencio de la siesta, era algo único, inexplicable, como si por algunos instantes la tierra callara y durmiera, descansando de las agobiantes charlas, bocinas de autos y de los ruidos de todo tipo.
En esos momentos estábamos solo nosotras, la naturaleza y yo, en el eterno silencio de la siesta...


Hoy quise hacer lo mismo, sentada en mi balcón, pero me había olvidado que no estaba en aquel lugar, sino en la ciudad y en la ciudad nunca hay silencio...



"No, no es lo mismo"- Pensaba, mientras lentamente me levantaba del piso para ir a prepararme un mate y seguir con la eterna tarea de una estudiante universitaria.

viernes, 8 de mayo de 2009

Las vueltas de la vida

Me acuerdo que cuando salí de la secundaria tenía la certeza que para el 2008 ya estaría recibida. Hoy estamos en el 2009 y aún me faltan 2 años y medio...

Desde pequeña mi sueño fue casarme y tener una familia, creía que para esta edad ya lo habría conseguido. En cambio hoy, con los ojos tristes veo a la enorme distancia que existe entre aquella persona y yo, y el tiempo que falta para poder concretar nuestro sueño...


Siempre me consideré la más apegada a mi familia, la más mimada, la más pequeña...
Hoy me encuentro despertando cada mañana sola, cocinando para una persona todos los mediodías, estudiando sola... Viviendo sola...
Y con la única que hablo todos los días es con mi mamá.

Las vueltas que tiene la vida son algo que nos deja totalmente descolocados en algunos momentos.


Me recuerdo hace un par de años y me comparo con la persona que soy en estos días y veo una enorme de diferencia...
Ya no soy la misma persona que cuando estaba en la secundaria y estoy segura que tampoco seré la misma dentro de algunos años.


Todos los años ocurre algo que me pega una cachetada dejándome meditabunda durante varios días. Me cuestiono todo, desde mi forma de ser hasta la forma de ser de los demás. Me pregunto sobre la vida y la muerte, el destino de mis pasos y el por qué de mis actos.

Es una forma curiosa que tiene la vida para enseñarnos, a veces se necesita dolor, otras felicidad y otras tantas discusiones y separaciones.
Nunca sabremos que nos ocurrirá el día de mañana, ni tampoco podemos asegurar que siempre vamos a ser las mismas personas.


Hace poco le había comentado a una amiga: "Estamos demasiado bien, hasta da un poco de miedo".

Y así fue, porque siempre en esta vida cuando las cosas están demasiado bien ocurre algo que nos deja por el piso, un brusco cambio del destino, tal vez con la única finalidad de despabilarnos y enseñarnos algo...


¿Por qué el humano siempre tiene tendencia a esperar una catástrofe?


Será porque así fue nuestra vida desde que nacimos, eso fue lo que nos enseñó desde que dimos nuestros primeros pasos cayendo cientos de veces hasta que aprendimos a mantener el equilibrio...

¿Será este el sentido de la vida? ¿Será esta su única finalidad?





Fuente: Pensamientos surgidos luego de leer este post.