viernes, 15 de mayo de 2009

Recordando y queriendo olvidar

Por un descuido, ella terminó embarazada e inmediatamente le comunicó a él la noticia.
Él se asustó, ya tenía dos hijos a cargo; un bebé, un niño y una esposa que ella desconocía. Y a esto se le suma un trabajo mal pago.

Como consecuencia y al enterarse de esto, ella se enojó, el dolor que sintió por haber sido engañada era enorme y su orgullo empezó a crecer cada vez más hasta que oyó en su mente la idea de tenerlo sola.
Si... Sin querer había decidido ser madre soltera.


Él demostró sentir un alivio ante tal decisión e hizo como si nunca hubiese pasado nada, siguió con su vida, con sus hijos, con su mujer y poco a poco fue desapareciendo de la vida de ella.

Ella comunicó la noticia a la familia, primero a sus hermanos, luego a sus amigos, a sus padres y seres queridos. La noticia había caído como una bomba, pero aún así la felicidad inundó la vida de todos.

Poco a poco, ropa de bebé comenzó a aparecer en el ropero. Perfumes, talcos, ositos de peluche, cuna, cuadros, cualquier cosita que veía para el bebé en las tiendas ella lo compraba y su habitación comenzó a ser la habitación de ella y de su bebé.

Ya no iba a estar sola en este mundo, iban a ser dos en su vida y esto, a pesar de los prejuicios del mundo entero por ser madre soltera, le daba mas fuerzas para seguir adelante, sin importar lo que pase.


Su panza comenzó a crecer, era imposible ocultarla. Toda la gente de su trabajo se enteró y todos querían saber quién era el padre.
Ella trató de ocultarlo y hasta negarlo, pero le fue imposible, él ya había hablado por más que desde un comienzo había brillado por su ausencia.

Haciendo caso omiso a los comentarios de la gente, a los susurros cuando la veían, a los consejos malintencionados de unos cuantos, ella continuó con su embarazo, porque en el fondo sentía al Amor en todas su dimensiones y a la esperanza de un futuro mejor. El bebé iba a llevar su apellido y de nadie más, así lo decidió ella y él nunca se lo impidió.

Finalmente llegaron los ocho meses, ya no soportaba su panza con sus estrías, ni sus pies, ni su espalda, ni tampoco las molestas varices que le habían brotado en las piernas por causa del embarazo.

Estaba cansada pero a la vez feliz, dentro de muy poco todo eso llegaría a su fin y finalmente iba a poder conocer al rostro de su bebé.


La obstetra recomendó cesárea para evitar ciertos inconvenientes. Ella aceptó y fijaron fecha.
Al llegar el día vieron que el bebé no tenía el peso deseado, por lo tanto decidieron esperar.

En la madrugada siguiente, ella sintió una punzada aguda en su abdomen que la despertó de un salto. No soportaba el dolor, era muy intenso. Respiraba profundo mientras se sentaba en el borde de la cama. Pensaba "Debo estar entrando en parto". Se quedó unos cuantos minutos en esa posición, hasta que poco a poco el dolor comenzó a disminuir. No quería molestar a nadie a esas altas horas, "no debe ser nada, unas pocas contracciones, nada más" pensó y muy despacio se acostó nuevamente pero esta vez sin poder conciliar el sueño.


Amaneció y ella se dio cuenta que no había cerrado un ojo. No sentía a su bebé desde la madrugada y eso la preocupaba.
Llamó a su obstetra, quien al enterarse de lo ocurrido le pidió que urgentemente asista al sanatorio. Ella llena de miedo, dolor, preocupación y tristeza, tomó un taxi y llegó hasta el sanatorio.


"No se escuchan los latidos" escuchaba decir a un médico.


"¡Cesárea de urgencia!" gritó otro.


Ella veía a todo el mundo corriendo a su alrededor, pero en su interior todo estaba calmo, en silencio, y sentía al más desesperante vacío...






Iba a ser una madre excepcional y no estaba sola, tenía a todo un regimiento de seres queridos detrás de ella, esperando el momento oportuno para ayudarla y contenerla.
Por un desprendimiento de placenta, esto no pudo ser. Cuando ocurren estas cosas uno no entiende por qué pasan.

Ella trata de no pensar, quiere seguir adelante. Es una mujer fuerte y esto no la va a derrumbar.

Cuando estas cosas ocurren, uno no piensa si estuvo bien o mal que se haya embarazado, uno no se pone a debatir las políticas que deberían ser implementadas cuando aparece una madre soltera o no se que otro racionalismo mas.

Simplemente uno se pregunta ¿Por qué ocurren estas cosas? ¿Para qué dar y luego quitar? ¿Cuál es la finalidad de todo este sufrimiento? ¿Cuál es la enseñanza que teóricamente deja?

Y ninguna de estas preguntas tienen respuestas, como la mayoría de las cosas en esta vida...

4 Comentarios:

Dying dijo...

Sin duda es doloroso e injusto, pero a mí me parece que el asunto sí tiene respuesta. La vida no juzga si algo es "bueno" o "malo", simplemente otorga consecuencias a los actos de cada uno. Accion-reacción.
A veces nos involucramos con alguien que no nos hace bien, pero como el amor es ciego no lo queremos creer, por más que amistades y otras "señales" nos traten de prevenir nosotros insistimos. Y bueno, luego pasan cosas "feas" que se encargan de mostrarnos de la manera dura que estabamos equivocados y que había que alejarse de ciertos elementos.
Siempre esto pasa para mejor en todo caso.
Es mi visión :)
Un abrazo,

Azu dijo...

Muchas veces pensé en lo que decis. Buscando la respuesta a todas mis preguntas. Muchas reflexiones apuntaron a eso. Causa y reacción. Pero igual, la pregunta que siempre tengo presente es ¿por qué fue necesario esperar a los 8 meses?
¿Por qué fue necesario el aborto o el embarazo mismo?

Y bueno, son cosas de la vida, y hay que seguir adelante, aunque no nos guste, y aunque nos duela hasta los huesos.

Un beso y gracias por estar.

ROBERTO dijo...

Sin lugar a dudas es un tema complicado. Cuando se trata de la pérdida de una persona y más de un ser inocente. A veces ocurren esas cosas para recordarnos lo vulnerable que somos, el dolor y las penas son como aprendizajes que creemos no merecer, pero la fortaleza y la misericordia nos reivindican como personas. de todo esto me quedo con este pequeño pensamiento: Al nacer traemos en la frente grabada "se vale cometer errores, se vale arrepentirse;podemos amar sin ningún límite, podemos indignarnos encarecidamente, pero lo que no esta permitido es bajar la frente bajo ninguna circunstancia, ni pedir explicaciones a lo que creémos inmerecido". Saludos querida azu, que estés bien, recibe un abrazo cálido y sincero.

Azu dijo...

Uf Roberto... Qué gran pensamiento, me llegó hasta el alma... Las reglas de la vida... Gracias por compartirla...

Y como decís, es un tema complicado, y por demás doloroso... Yo, recuerdo, que me pasé meses, por no decir años ya, buscándole alguna explicación... Gracias al cielo, ahora la madre es feliz, tiene su pareja y gracias a todos los santos, su bebé... Pero... lo que sucedió le dejó una marca imborrable... Y yo sigo sin encontrarle explicación...

Pero bueno, así es la vida...

Te mando un super abrazo querido amigo, y hasta pronto :)